Papiros, Pergaminos y Códices: Las copias más antiguas

 Desafortunadamente no poseemos ninguno de los escritos originales del Nuevo Testamento, y las copias más antiguas que tenemos son fragmentos que pueden haber tenido alteraciones, ya sean negligentes o intencionales. Tal es el caso de los llamados 'Papiros del Nuevo Testamento', que son las copias más antiguas que existen, aunque sean fragmentarias, y que se clasifician en varias categorías según los tipos de letra utilizadas (paleografía), como por ejemplo los de tipo Alejandrino, Bizantino y Siríaco.

 

Los papiros más famosos

Entre los más antiguos y más famosos papiros que existen están los de categoría Alejandrina. Por ejemplo los que se encuentran en la biblioteca John Rylands en Mánchester, Reino Unido (fechados entre el 125 y el 160), los Papiros Bodmer en la Biblioteca Bodmeriana de Suiza y en la Biblioteca Vaticana (fechados desde 175 al 225), y los de Chester Beatty en el Castillo de Dublín y en la Universidad de Míchigan (fechados en el siglo III).

Otros papiros famosos y controversiales son los Papiros de Oxirrinco (una antigua ciudad del Alto Egipto) que se encuentran en el Museo Ashmolean de la Universidad de Oxford (algunos donados al 'Museum of the Bible' en Washington D.C.), descubiertos desde 1897. Según se cuenta estos papiros fueron extraídos de máscaras de momias que los egipcios fabricaban con fragmentos de papiro reciclados. Los Papiros de Oxirrinco son un conjunto de aproximadamente medio millón de papiros, la mayoría de los cuales son documentos administrativos, contratos y cartas privadas, junto a algunos manuscritos sobre matemática, historia, música, teatro y poesía, y que además contienen algunos fragmentos del Nuevo Testamento, así como manuscritos del Antiguo Testamento, e incluso algunos documentos cristianos no canónicos; como algunos fragmentos del Evangelio de Tomas. Los fragmentos del Nuevo Testamento de los Papiros de Oxirrinco están fechados desde la segunda mitad del segundo siglo hasta el siglo quinto; siendo los más antiguos dos capítulos de Juan (Juan 18–19) y uno de Mateo (Mateo 21) fechados alrededor del 150 NE.

 

El papiro más importante: P75

El texto griego del Nuevo Testamento que se utiliza en nuestras traducciones modernas no se basa en un solo manuscrito. Es lo que llaman un texto ecléctico, una reconstrucción que se basa en lecturas de varios manuscritos antiguos diferentes. Pero el texto ecléctico griego depende en gran medida de un manuscrito en particular, el Codex Vaticanus del siglo IV -- ver sección sobre La Biblia Cristiana para más información sobre el Codex Vaticanus.

Hasta mediados del siglo veinte la mayoría de los críticos textuales del Nuevo Testamento creían que el texto preservado en el Codex Vaticanus era el resultado de una revisión editorial que tuvo lugar en el siglo IV. Sin embargo, en 1961 se encontró un códice de papiro con 51 páginas que contiene extensos fragmentos de los Evangelios de Lucas y Juan en griego (P75 para los especialistas) y que a menudo se le llama el papiro neotestamentario más importante descubierto hasta ahora porque fue fechado, sobre la base de su escritura, alrededor de 175-225 d.C., y su texto coincide muy de cerca con el del Codex Vaticanus, lo cual eleva la relevancia de este codex griego en particular al poner su posible 'fuente' a finales del segundo siglo o principios del tercero; un siglo antes de lo que inicialmente se pensaba.

Papiro P75 (Biblioteca Apostólica Vaticana)

El Papiro P75 originalmente perteneció a la Biblioteca Bodmeriana (propiedad del coleccionista suizo Martin Bodmer) y se le dio el nombre de Papiros Bodmerianos 14-15. Más recientemente, en el 2007, la Biblioteca Vaticana adquirió estos importantes papiros, ahora conocidos como P75.

 

La Prueba del Carbono-14: ¿Por qué casi nunca se utiliza?

La famosa prueba del carbono-14, o radiocarbono, es una herramienta muy útil en arqueología en general para datar restos orgánicos antiguos, y tambien se puede utilizar para estimar la edad del material en el cual se escribieron los manuscritos. Sin embargo esta prueba no está libre de incertidumbre y errores.

El principio físico del análisis del carbono-14 es que todos los seres vivos absorben de la atmósfera el isótopo de carbono radiactivo, el carbono-14, en una proporción determinada con respecto a los isótopos de carbono no radiactivos del dióxido de carbono como el carbono-12. Cuando los seres vivos mueren, el carbono-14 presente en el organismo comienza su proceso de desintegración radiactiva a un ritmo regular conocido, llamado Periodo de Semidesintegración (semivida); que es el tiempo necesario para que se desintegren la mitad de los núcleos de una muestra inicial de un radioisótopo (5,730 años en el caso del carbono-14).

Pero el problema práctico es que el nivel del carbono-14 en la atmósfera no es constante, y eso requiere estimados adicionales de la concentración de carbono-14 durante eras históricas pasadas, basándose por ejemplo en los anillos de los árboles de muestras de maderas de edades conocidas. Entonces, conociendo la proporción actual de los isótopos de carbonos, es posible calcular el tiempo cuando el organismo murió; o para ser más precisos, calcular los años transcurridos desde la muerte del ejemplar hasta el año 1950 (fecha elegida por convenio y por las severas anomalías causadas por los ensayos nucleares en la segunda mitad del siglo XX). No obstante, todo este procedimiento introduce errores en el análisis del carbono-14 que pueden ser hasta del 68% del valor estimado.

Además del hecho que muchas veces los papiros y pergaminos se reciclaban y se reescribían, ya que estos materiales podían resultar caros para las personas que copiaban estos documentos, y lo que realmente nos interesa saber es la fecha cuando se escribió originalmente, o cuando se copió o se tradujo un manuscrito dado; no la fecha del papiro o pergamino en el cual se escribió.

Y por eso siempre hay que hablar del 'nivel de confianza' de una fecha dada.

 

El reto de fechar los manuscritos

La tarea de fechar estos antiguos manuscritos puede ser todo un reto para los expertos, ya que el procedimiento depende de muchos factores que van desde poder encontrar en los documentos referencias a hechos históricos que se puedan corroborar de otras formas, en el mejor de los casos, o al menos poder encontrar un colofón o una nota del autor que tenga una fecha, hasta los menos confiables métodos de análisis de la caligrafía (paleografía). Todo esto sin contar otros problemas a tener en cuenta como la contaminación de la muestra, las condiciones físicas del descubrimiento, etc.

Por ejemplo, el pergamino llamado "Armonía Dura-Europos" es una 'armonía' o 'concordancia' de los evangelios, es decir, que contiene una combinación de los cuatro evangelios (Dura Pergamino 24, tipo Uncial, para los especialistas). Históricamente las armonías de los evangelios fueron compuestas por Taciano el Sirio, un escritor cristiano del siglo II. Dura-Europos a su vez era una ciudad siria helenística y romana a orillas del Éufrates; en la frontera del imperio romano. La Armonía Dura-Europos con bastante confianza se puede datar de antes del año 256 NE que es cuando la ciudad Dura-Europos fue saqueada; pero cuánto antes es debatible.

Por otro lado, el famoso fragmento del Evangelio de Juan de la Biblioteca Rylands (Papiro P52), un pequeño fragmento del tamaño de una tarjeta de crédito que a veces se promociona como el más antiguo manuscrito cristiano con una fecha de "aproximadamente 125 d.C.", en realidad solo está fechado por su letra, su caligrafía, el cual es un método muy poco confiable. De hecho el estilo de escritura utilizado en el papiro de Rylands persistió en el siglo III. Entonces, si bien el papiro de Rylands (y algunos otros papiros cristianos fragmentarios) pudiera ser tan antiguo como el pergamino Dura-Europos, en realidad eso no podemos saberlo con seguridad sin más pruebas.

Papiro P52 (Biblioteca de Rylands)

 

El problema de las copias de los manuscritos

Los manuscritos del Nuevo Testamento que han sobrevivido no son los originales, sino copias de copias hechas por escribas o por personas que al menos sabían leer y escribir, algunas de ellas siglos después que se escribieron los originales, a veces con errores de copia y edición, así como redacciones e interpolaciones posteriores; intencionales o accidentales.

El problema de los errores en las copias de los manuscritos, sean por negligencia o intencionales, era tan prevalente entre los copistas cristianos del segundo y tercer siglo que Orígenes de Alejandría, uno de los Padres de la Iglesia, se quejó abiertamente del problema en su obra Contra Celsum (248) escribiendo: "La diferencia entre los manuscritos se ha hecho tan grande, por negligencia de los copistas o por perversa audacia de otros; ellos ni siquiera comprueban los que se transcribió, y si acaso lo chequean, entonces hacen aún más adiciones o redacciones como les place".

Incluso en una página del Codex Vaticanus, una de las copias más antiguas de la Biblia Cristiana completa, hay una nota al margen donde se puede leer la siguiente protesta del editor contra el copista: "Tonto e ingenuo, deja la lectura anterior, no la cambies". Esa es la razón de las discrepancias que se han encontrado entre las copias más antiguas que existen (6).

Y por eso también en el libro del Apocalipsis el autor envía una 'maldición' contra los copistas 'perversos' cuando dice: "Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida" (Apocalipsis 22:18-19).

Escriba Medieval, Jean Miélot (Biblioteca Nacional de Francia)

 

Manuscritos del Mar Muerto

Los Manuscritos del Mar Muerto fueron descubiertos accidentalmente por pastores beduinos a finales de 1946 en una cueva en las cercanías de las ruinas de Qumrán. Posteriormente, hasta el año 1956, se encontraron manuscritos en un total de once cuevas de la misma región.

El conjunto de manuscritos descubiertos en Qumrán incluye aproximadamente doscientas copias de todos los libros de la Biblia Hebrea, la mayoría muy fragmentadas. Además se han encontrado textos apócrifos del Antiguo Testamento, así como libros propios de la comunidad de Qumrán que produjo estos documentos, como reglamentos y oraciones propias, escritos en hebreo, arameo y griego.

Además entre los Manuscritos del Mar Muerto (Qumrán Cueva 7) en 1972 se encontró un fragmento que se especula corresponde a dos versíulos de Marcos (Marcos 6:52-53) y que pudo haber sido depositado en dicha cueva en el año 70 NE, o un poco más tarde quizás. Esta es una especulación muy debatida entre los expertos, pero de ser cierta lo convertiría en el fragmento más antiguo de cualquier documento del Nuevo Testamento, y que, a diferencia de los papiros mencionados anteriormente, hasta ahora sería el único de finales del primer siglo.

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