El Nuevo Testamento en Orden Cronológico

 El estudio del Nuevo Testamento en orden cronológico, conjuntamente con otros documentos de carácter histórico o religioso de aquellos tiempos, como la Didache ('Las Enseñanzas de los Doce Apóstoles' encontradas en Constantinopla en 1873) y el estudio de la Patrística (los escritos de los Padres de la Iglesia como Orígenes de Alejandría, Clemente de Alejandría, Eusebio de Cesarea, Jerónimo de Estridón, Justino Martir, etc.) nos dan una excelente oportunidad para poder entender el desarrollo del cristianismo primitivo, porque nos muestra como 'la buena nueva' se extendió entre las primeras comunidades cristianas a través de las cartas de Pablo (2) y otros apóstoles, desde antes que se escribieran los evangelios (canónicos o apócrifos), y como estos documentos no fueron la fuente del movimiento cristiano sino el producto de las primeras iglesias.

 

Pablo y Santiago el Hermano de Jesús

Después de la muerte de Jesús, entre los principales apóstoles del cristianismo existieron debates de carácter teológico y doctrinal, pero más importante aun fueron los debates alrededor de la cuestión de si los romanos y gentiles que se convertían al cristianismo deberían seguir las tradiciones judías de la Torá o Pentateucu (incluyendo la circumcisión y las reglas dietéticas) o no (Hechos 15:2; 21:18-40). Estos debates resultaron ser estratégicos para el futuro del cristianismo, con Pablo y Pedro defendiendo la posición del 'cristianismo romano' donde los nuevos cristianos no estaban obligados a seguir las tradiciones y leyes judías. Mientras que Santiago el hermano de Jesús (también llamado Jacobo o Santiago el Justo), líder de la iglesia en Jerusalén, argumentaba a favor del 'cristianismo judío'.

Pablo y Santiago (James, en inglés) además fueron los autores de los documentos más antiguos del Nuevo Testamento, ya que tanto las primeras seis epístolas de Pablo a las iglesias como la epístloa de Santiago fueron escritas entre los años 50 y 60 NE, según estiman los expertos.

En cuanto al nommbre Jacobo/Santiago/James como 'hermano de Jesús' o 'hermano del Señor', es importante notar que este Santiago es diferente al otro apóstol Santiago que era 'hijo de Zebedeo' y 'hermano de Juan' (Mateo 4:21; Marcos 3:17; Lucas 6:14). El nombre Jacobo/Santiago/James como hermano de Jesús es mencionado varias veces en el Nuevo Testamento (Mateo 13:55; Marcos 6:3; Hechos 15:13; Hechos 21:18; Gálatas 1:19; Gálatas 2:9, Gálatas 2:12). Y también Jacobo/Santiago/James el hermano de Jesús es mencionado por el historiador Josefo en su obra Antigüedades Judías. Además según algunos Padres Apostólicos, como Papías de Hierápolis y Orígenes de Alejandría, 'Santiago el hijo de Alfeo' (Marcos 3:18; Mateo 10:3; Lucas 6:15) sería la misma persona que 'Santiago el Menor' mencionado en el Evangelio de Marcos (Marcos 15:40), a quien también a veces le llaman 'Santiago el Justo'; como por ejemplo en el Evangelio Gnóstico de Tomás.

Sobre Santiago el hermano de Jesús, además de la Epístola de Santiago en el Nuevo Testamento, existen otras fuentes citadas por los expertos que nos dan información sobre su vida, como por ejemplo el Evangelio de los Hebreos, el cual fue un evangelio judeocristiano, posiblemente escrito en griego, que sobrevive gracias a las citas de los Padres de la Iglesia (Ireneo de Lyon, Clemente de Alejandría, Orígenes de Alejandría, Eusebio de Cesarea y Jerónimo de Estridón) quienes incluyen en sus obras fragmentos del texto original. El Evangelio de los Hebreos es singular por su cristología que se basa en la creencia de que la primera aparición de la resurrección fue a Santiago el hermano de Jesús, mostrando un gran respeto por Santiago/Jacobo como el líder de la iglesia judeocristiana en Jerusalén.

Pero cuando Santiago fue acusado de blasfemia por los sacerdotes del Sanedrín (Anás II y Caifás) y fue condenado a muerte por lapidación en el año 62 NE, según cuentan Josefo y Eusebio, el movimiento del 'cristianismo judío' en Jerusalén sufrió una pérdida irremplazable. De esta forma Santiago (Jacobo) se convirtió de hecho en el primer mártir del cristianismo (Hechos 12:2), bajo otros nombres que le fueron dado posteriormente por los escribas de la Iglesia, como San Esteban (Protomártir) o Saint Stephen en inglés (2). Más aún, luego de la destrucción de Jerusalén durante la Revuelta Judía en el año 70 NE, este movimiento prácticamente desapareció. Esta es la razón por la que casi no tenemos records históricos de Santiago el hermano de Jesús, a diferencia del movimiento iniciado por Pablo y Pedro que se extendió por cuidades de Asia Menor, Grecia y finalmente Roma.

 

La Regla de Pablo para las Iglesias

La posición de Pablo con relación al debate sobre los nuevos cristianos se puede resumir en la llamada 'Regla de Pablo' para todas las iglesias, la cual aparece en su primera epístola a los Corintios diciendo: "Como Dios llamó a cada uno, así cada uno haga; esto ordeno en todas las iglesias". Aclarando que: "La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios" (1 Corintios 7:17-19).

Pablo por cierto tenía 'doble ciudadanía', por así decirlo, ya que era ciudadano romano y había sido educado desde muy joven tanto en las tradiciones judías como romanas. Incluso algunos eruditos explican que de no haber sido por Pablo y su derogación de los requerimientos de la circuncisión y las leyes 'kosher' de los judíos, hubiera sido dificil que los romanos se convirtieran al cristianismo, ya que para los romanos la circuncisión era sinónimo de mutilación y además ellos eran muy liberales con relación a sus propias preferencias dietéticas.

 

Pablo, de Zelote a Apóstol y primer Evangelista

Otra cuestión importante para poder entender el desarrollo del cristianismo es la historia del apóstol Pablo y su influencia en los autores de los evangelios sinópticos. Según los expertos, dado que Pablo no era uno de los doce apóstoles originales y no conoció a Jesús en vida, cuando Pablo en sus epístolas habla de "mi evangelio" en realidad se está refiriendo a la "visión" o revelación personal que él recibió del Espíritu de Jesucristo en el camino a Damasco, donde aún siendo Saulo de Tarso, miembro de los Zelotes, perseguía a los primeros grupos de cristianos y "oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?", según se cuenta en Hechos de los Apóstoles (Hechos 9:4-5), no de ningún evangelio escrito hasta ese momento.

Conversión de Pablo en el Camino a Damasco (Caravaggio)

Esta experiencia mística de Pablo es lo que aparentemente le confiere autoridad sobre otros apóstoles que sí conocieron a Jesús en vida; autoridad que es reconocida entre sus discípulos y entre las primeras iglesias.

El propio Pablo lo explica cuando refiriéndose a su ministerio en su epístola a los Gálatas dice: "Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo" (Gálatas 1:11-12). Y también cuando nos narra su 'ascensión' al tercer cielo y al paraíso: "Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo" (2 Corintios 12:1-4).

No obstante, a pesar que Pablo no conoció a Jesús en vida y no fue uno de los doce apóstoles, su influencia en el desarrollo del cristianismo es enorme y decisiva, atribuyéndosele 14 de las 21 espístolas del Nuevo Testamento, por lo cual mucho de lo que sabemos sobre Jesucristo y sobre la doctrina del cristianismo primitivo es a través de las epístolas de Pablo en primer lugar; no en balde a veces le llaman el "apóstol trece".

Incluso según él mismo cuenta en la primera epístola a sus seguidores en Corinto sobre las apariciones de Jesucristo, él fue el apóstol "nacido fuera de tiempo" a quien individualmente se le apareció Cristo, después de Pedro y Santiago: "Se apareció a Cefas (Simón Pedro), y luego a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto. Luego se apareció a Jacobo (Santiago), más tarde a todos los apóstoles, y, por último, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí" (1 Corintios 15:1-8).

 

Epístolas Paulinas

Las epístolas paulinas fueron una importante fuente de inspiración y referencia para las primeras comunidades cristianas, así como para los evangelistas e historiadores de la Iglesia; incluyendo explicaciones doctrinales que no se encuentran en los evangelios canónicos, como la naturaleza espiritual de la resurrección (1 Corintios 15:42-54; Filipenses 3:20-21), etc.

Pablo el Apóstol (Rembrandt)

El consenso entre los eruditos es que las primeras siete epístolas de Pablo en orden cronológico, nombradas según la iglesia o el destinatario a quien estaban dirigidas, fueron: 1 Tesalonicenses, Gálatas, 1 Corintios, 2 Corintios, Filipenses, Filemón, Romanos. Estas son consideradas las espístolas auténticas de Pablo.

El segundo grupo de epístolas, consideradas deuteropaulinas por los expertos, son: 2 Tesalonicenses, Colosenses, Efesios, 1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito. Los principales argumentos que se utilizan para cuestionar la autoría paulina de algunos de estos escritos hacen referencia al estilo literario, al vocabulario empleado y a la doctrina, pues existen matices entre algunas de ellas.

Las epístolas paulinas además tienen otros problemas como escrituras originales. Por ejemplo algunas de las primeras cartas de Pablo al parecer fueron dictadas a un escriba, o posiblemente a Timoteo considerado coautor de algunas de ellas, en las cuales Pablo añade una frase de su propia mano en una letra diferente, para que fuera reconocida por sus lectores como una especie de firma; y por eso al final de la epístola de Pablo a los Gálatas se puede leer: "Mirad en cuán grandes letras os he escrito de mi mano" (Gálatas 6:11). Pero entonces uno se pregunta cómo fue ese dictado y cómo esas cartas eran copiadas, si era palabra por palabra o si los escribas y copistas tomaban la idea e interpolaban en el texto (6).

Además, según los expertos, algunas epístolas del Nuevo Testamento, como las llamadas epístolas pastorales y personales atribuídas a Pablo, son posteriores y posiblemente pseudográficas, en las cuales el nombre de Pablo fue utilizado como pseudónimo por alguno de sus discípulos para darle más autoridad a la epístola; después de la muerte de Pablo que se estima ocurrió entre el 64-67 d.C., a la edad de poco más de 60 años (2).

Otro ejemplo es la Epístola a los Hebreos, tradicionalmente atribuida a Pablo, sin embargo la autoría de esta epístola fue puesta en duda incluso por algunos Padres de la Iglesia, como el historiador Eusebio de Cesarea y el prolífico autor Tertuliano de Cartago; por lo cual hoy en día muchas iglesias la reconocen como anónima.

Pero dado que los documentos más antiguos que tenemos del Nuevo Testamento, las primeras epístolas de Pablo y la epístola de Santiago, no se escribieron hasta el año 50 o 60 NE (al menos dos décadas después de los eventos que se narran sobre la vida, muerte y resurrección de Jesús), debemos suponer entonces que las primeras comunidades cristianas conservaron y transmitieron estas preciadas enseñanzas en forma oral solamente. A no ser que existiera otra fuente escrita que no se encuentra en el Nuevo Testamento -- ver Evangelio Q para más información.

 

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